Calabaza:
2 calabazas (alrededor de 3.5 libras), peladas, cortadas en cuartos, y semillas quitadas
2 cucharadas aceite de oliva
1 cucharadita azúcar
1 cucharadita sal
1/4-1/2 cucharaditas de pimienta de cayena, al gusto
Cortar cada cuarto de calabaza en trozos de 1 pulgada y colocar en un tazón. Mezclar con el aceite de oliva, el azúcar, la sal, y la pimienta. Colocar en una sola capa sobre una bandeja para hornear forrada con papel pergamino. Asar los trozos a 500F 10-15 minutos, hasta que se caramelicen, reordenandolos según sea necesario para que se asen uniformamente. Retirar del horno y darlos la vuelta. Hornear otros 10-15 minutos hasta que se caramelicen en el otro lado y estén bien cocidos, de nuevo reordenandolos según sea necesario. Retirar a un recipiente grande y mezclar con pesto.
Pesto:
1/4 taza de salvia fresca picada
4-5 cucharadas aceite de oliva
1 diente de ajo, machacado
1/3 taza de avellanas tostadas
6 cucharadas ricotta salata, desmenuzado o picado a una migaja medio-fino
sal al gusto
Calentar 3 cucharadas del aceite de oliva, la salvia, y el ajo a fuego muy lento hasta que el aceite comience a borbotear. Verter en un recipiente pequeño, reservando el diente de ajo. Colocar las avellanas tostadas y el ajo reservado en un procesador de alimentos, licuadora (utilizando un pequeño recipiente si está disponible), o mortero y tratar/moler a una harina gruesa; añadir al recipiente. Añadir el queso y 1-2 cucharadas más aceite de oliva, y revolver hasta que se mezclen; añadir sal al gusto.
(Nota: Ya que yo no puedo comer calabaza, me parece que esto podría hacerse con trozos de batata, ajustando el tiempo de hornear. dh.)
Adaptada de food52.com
Éste es una traducción de una entrada del blog del Mercado de Agricultores de Tumwater.
Versión en inglés también disponible en Food Bank Foodie