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Wednesday, July 8, 2015

Cebollas

nativas de: Asia
en sazón aquí: verano-otoño, pero almacenar bien y se pueden encontrar en los mercados de agricultores casi todo el año

Hay dos categorías generales de cebollas, la cebolla madura y el cebollín, cebolla verde, cebolla de ensalada. La chalota, aunque sea pariente de la cebolla, es una verdura diferente. Cebollínes son cebollas jóvenes, por lo que su temporada es anterior y más corta que la de los bulbos maduros. Cuando la cosecha empieza, encontrarás cebollas frescas, que también se describe a veces como cebolla de ensalada (sólo para hacer confusión) y necesitan usarse bastante pronto. Cebollas para el almacenamiento deben ser "curados" por secarlas. Esto se puede lograr por sacar las plantas y luego dejarlas en el campo durante unos días (siempre que el tiempo sea seco). Entonces se pueden recoger y colgar en racimos o guardar en un lugar seco hasta usar. Cebollas curadas de esta manera se mantienen mejor en un lugar fresco y seco, como un sótano; si hay que mantenerlos en un refrigerador, búscalas un lugar seco.

Algunos creen que una vez que se corta una cebolla, atraerá a los gérmenes, por lo que es útil dejar en el mostrador para purificar el aire, pero poco saludable para comer después de un día. Yo casi nunca uso una cebolla entera, pero evito toda la cuestión por cortar la cebolla entera y congelar la parte que no uso. Cebollas congeladas como éste son muy buenas para cocinar, aunque la textura sufrirá un poco. Comer cebolla cruda es también un remedio popular para los resfriados.

Ya en el siglo VI antes de Cristo, un tratado médico indio, el Charaka Sanhita, recomendó la cebolla como diurético, y dijo que era buena para la digestión, el corazón, los ojos y las articulaciones. Atletas griegos antiguos comían cebollas y bebieron jugo de cebolla para fortalecerse para los Juegos Olímpicos. Según Plinio el Viejo, los antiguos romanos utilizaban cebollas para curar la mala visión, inducir el sueño, y curar llagas en la boca, mordeduras de perro, dolores de muelas, la disentería y el lumbago.

Así que, ¿qué se obtiene de comer cebollas, además de respiración que huele de ellas? Son un excelente fuente de vitamina C, compuestos sulfúricos, flavonoides, y fitonutrientes; combaten la enfermedad de Parkinson, la enfermedad cardiovascular, cáncer, presión arterial alta, y el accidente cerebrovascular. También ayudan a reducir la inflamación. Uno de los flavonoides de cebollas es la quercetina, que algunos estudios en animales sugieren puede ayudar en prevenir la acumulación de placa en las arterias, así como su valor en general como un antioxidante. También reduce las reacciones alérgicas al detener que la cuerpo produzca histaminas. Otro estudio encontró que relaja los músculos de las vías respiratorias y podría ser capaz de aliviar los síntomas de asma. Cebollas rojas son especialmente altas en quercetina.

Sus cualidades antiinflamatorias provienen de compuestos de azufre, que son también lo que te hace llorar al cortar cebollas. Para la mejor dosis de azufre, come tus cebollas crudas. Hay una alta concentración de flavonoides en las capas externas de la cebolla, de manera que obtendrás más sabor y acción anti-cáncer si no no quitas más capas que se necesiten.

Más para leer (en Inglés):
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Éste es una traducción de una entrada del blog del Mercado de Agricultores de Tumwater.
Versión en inglés también disponible en Food Bank Foodie